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El diseño gráfico en los siglos XVI-XVIII

Diseño gráfico, el arte y la profesión de organizar y seleccionar elementos visuales -como la tipografía, las imágenes, los símbolos y los colores- para transmitir un mensaje a un público. A veces el diseño gráfico se califica de «comunicaciones visuales», término que hace hincapié en su función de dar forma -por ejemplo, el diseño de un libro, un anuncio, un logotipo o un sitio web- a la información. Una parte importante de la tarea del diseñador es combinar elementos visuales y verbales en un conjunto ordenado y eficaz.

El diseño gráfico es, por lo tanto, una disciplina de colaboración: los escritores producen palabras y los fotógrafos e ilustradores crean imágenes que el diseñador incorpora a una comunicación visual completa.

La evolución del diseño gráfico como práctica y profesión ha estado estrechamente ligada a las innovaciones tecnológicas, las necesidades de la sociedad y la imaginación visual de los profesionales. El diseño gráfico se ha practicado de diversas formas a lo largo de la historia; de hecho, hay fuertes ejemplos de diseño gráfico que se remontan a los manuscritos de la antigua China, Egipto y Grecia. A medida que la imprenta y la producción de libros se desarrollaron en el siglo XV, los avances en el diseño gráfico se desarrollaron paralelamente en los siglos posteriores, y los compositores o tipógrafos a menudo diseñaban las páginas a medida que establecían el tipo.

A finales del siglo XIX, el diseño gráfico surgió como una profesión distinta en Occidente, en parte debido al proceso de especialización laboral que se produjo allí, y en parte debido a las nuevas tecnologías y posibilidades comerciales que trajo consigo la Revolución Industrial. Los nuevos métodos de producción llevaron a la separación del diseño de un medio de comunicación (por ejemplo, un cartel) de su producción real. Cada vez más, a lo largo de finales del siglo XIX y principios del XX, las agencias de publicidad, las editoriales de libros y las revistas contrataron a directores de arte que organizaron todos los elementos visuales de la comunicación y los integraron en un conjunto armonioso, creando una expresión adecuada al contenido. En 1922 el tipógrafo William A. Dwiggins acuñó el término diseño gráfico para identificar el campo emergente.

A lo largo del siglo XX, la tecnología disponible para los diseñadores continuó avanzando rápidamente, al igual que las posibilidades artísticas y comerciales del diseño. La profesión se expandió enormemente, y los diseñadores gráficos crearon, entre otras cosas, páginas de revistas, chaquetas de libros, carteles, cubiertas de discos compactos, sellos postales, embalajes, marcas comerciales, letreros, anuncios, títulos cinéticos para programas de televisión y películas, y sitios Web. A principios del siglo XXI, el diseño gráfico se había convertido en una profesión global, a medida que la tecnología avanzada y la industria se extendían por todo el mundo.

En el siglo XVI, Francia se convirtió en un centro de tipografía fina y diseño de libros. Geoffroy Tory -cuyos considerables talentos incluían el diseño, el grabado y la ilustración, además de su trabajo como erudito y autor- creó libros con tipos, adornos e ilustraciones que alcanzaron las aparentemente contradictorias cualidades de delicadeza y complejidad. En su Libro de Horas (1531), enmarcó columnas de tipo romano con bordes modulares; estas exuberantes formas eran un complemento perfecto para sus ilustraciones.

 

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